viernes, 24 de diciembre de 2010

¡¡Feliz Navidad y un mejor Año Nuevo!!

Esta noche es Nochebuena

y mañana es Navidad.

Vamos a comer manjares;

nos vamos a empachar.

sábado, 4 de diciembre de 2010

Estreno en esto de los congresos

¡Hola a todos!

Ante todo, disculpas por haberos tenido abandonados durante dos semanas. Allá por septiembre, me enteré de que había un congreso en Barcelona sobre Localización y Accesibilidad en Videojuegos, y me pareció que sería muy interesante asistir, ya que aún no he ido a ninguna conferencia de traducción desde que dejé la universidad (allí sí que acudía cada año a la Jornades de Traducció que hacían cada año). En uno de esos días de locura transitoria, y después de que Pablo Muñoz y Ana Ramírez no parasen de darme el co**** ;) para que participase como ponente, me di cuenta que, bueno, algún día debería empezar, y decidí preparar algo. Contacté con las organizadoras, y también insistieron en que querían escuchar mi opinión sobre este mundillo... Y es que no pude resistirme ante tanta súplica (bueno, bueno, no era súplica exactamente, ¡pero es que suena muy bien!).

Tenía como una semana para preparar un resumen explicando qué quería decir. Pero... ¿qué quería decir? ¡No tenía ni idea! Vale, Pablo y Ana decían que fuese, pero tampoco me dijeron qué querían que les contase. Bueno, esa es mi excusa. Imagino que, en mi subconsciente, la razón real era el miedo a la página en blanco que sufrimos los traductores y escritores. Me costó superar ese miedo, pero lo conseguí, y escribí y envié el resumen. Solo tenía algunas semanas para preparar la ponencia. Bueno, queda mucho tiempo, ¿eh? Sobre todo porque no tenía demasiado trabajo.

Pero, «ah-migos», no sabéis vosotros lo puñetero que es Mr. Murphy. Es como una hiena, está siempre al acecho, esperando a que alguien se despiste, o que desee algo, para llegar y fastidiarte. Y eso es lo que fue. Estaba yo tan contenta con que tendría tiempo para encargarme de mi blog, de preparar mi ponencia como dios manda... Y, ¡PUM! Empezaron a enviarme trabajo y más trabajo, a contactarme gente nueva... Y, claro, no podía rechazar, por razones obvias (quién sabe cuándo volverían a llamar a la puerta) :)

Menos mal que, como decía mi gran amiga Núria, a veces tengo una flor en el culo y consigo sacar «suerte» de donde sea (más bien, diría tiempo). Me tiré un mes sin descansar. Superé unas anginas y vencí dos catarros y le eché huevos al asunto :) Me puse a escribir todo lo que tenía en la cabeza, todo lo que quería gritar al mundo sobre lo que pienso de la industria de la Localización hoy en día, y no paré hasta que no acabé. Y me quedé bien a gusto, oiga. Yo creo que me sentó tan bien como un parto... Pero sin la parte del dolor.

Conseguí montar un Power Point decentillo (¿no?), a pesar de no haber tocado un programa de Power Point desde el 2003, a tiempo para la presentación, y a pesar del estrés del viaje, de no haber descansado bien durante la última semana y de que, encima, se me puso voz de camionero el viernes (el día en el que tenía que participar), conseguí superar la prueba en esto de las ponencias.

Pero déjenme que matice. Lo conseguí, sí, aunque me emocioné tanto, que me avisaron de que me faltaban solo 3 minutos cuando iba por la mitad de lo que quería decir. Confieso que añadí un par de cosas que ni siquiera me había preparado, pero oye, es que eso de tener que contar esas cosas a tanta gente que te observa con cerebros de esponja, intentando conseguir toda la información posible, una se crece y no puede evitar desear compartir toda su sabiduría con el público. Así que, creo que tardé como 10 minutos más en acabar (sorry!), pero salió bien, y parece que el público estuvo satisfecho. Y, de paso, yo me quedé aún más a gusto por haber conseguido entregar algo tan guay, a pesar del poco tiempo que tuve para preparármelo y el estrés que había tenido. Pero eso no fue todo. Al parecer, dije algunas cosas que sorprendió a algunos, para mal, y, a otros, para bien. Pero ya sabéis todos que soy así, que primero hablo y luego pienso, y que, bueno, seguramente sea de las personas que dicen lo que todos querían decir pero nadie se atrevía. Sí, esa soy yo, Curri Barceló. Para todo lo demás, Mastercard :)

También me gustó poder escuchar otros puntos de vista, descubrir cosas que desconocía (como los problemas que tienen los daltónicos al jugar a videojuegos... ¡Si es que nunca se me había ocurrido!) y bueno, descubrir que hay más gente que me conoce de lo que yo pensaba ;) Mi frase favorita salida de los asistentes fue la de: "Ah, ¡tú eres Curri! ¡Por fin!». «Mencanta». Gracias a todos por hacerme feliz.

Sí, señoras y señores. Tanto, tanto me ha gustado la experiencia, que quiero repetir. Si es que, ¿qué narices he estado haciendo en estos 6 años? ¡La de fiestas traductoriles que me he perdido! La de artículos que podría haber escrito y publicado y, quién sabe, a lo mejor hasta un libro. Esto no pué ser. A partir de ahora, prepárense, que Curri is back for good. Espero que os guste el «Curri» (esto es casi como un doble sentido), porque me vais a tener para rato.

Gracias por leer.

P. D.: Podéis ver comentarios de los que acudieron a la conferencia en Twitter, siguiendo el tag: #locuab
P. D. 2: Para los que no se lo crean, he añadido una foto :)

domingo, 14 de noviembre de 2010

No te quieres enterar... Ye-Ye...

Al igual que lo hizo Conchita Velasco hizo en los 60 con su mítica canción, con la que nuestros padres bailaron locamente, ahora ha aparecido otra ye-ye, aunque esta vez no es una chica, sino una academia, nuestra academia de la lengua, que se supone que está aquí para ayudarnos, en vez de volvernos locos. La nueva Academia de la Lengua Española, aka La Academia «Ye-Ye» lo ha vuelto a hacer, ha vuelto a anunciar cambios que parecen ir en contra de todo lo que nos han hecho creer en estos últimos 30-50 años y, de paso, ha llevado a una revolución de los lingüistas, que nos lo estamos pasando pipa con todo esto J

Imagino que ya todos estáis al día de lo que ha pasa, pero haré un resumillo para los que estén perdidos.

El País anunció el pasado 5 de noviembre que iban a publicar un nuevo libro de ortografía con algunos cambios que, supuestamente, deberían crear una ortografía «razonada y exhaustiva pero simple y legible». Y, sobre todo, «coherente» con los usos de los hablantes y las reglas gramaticales». Algunos de los cambios que El País mencionó fueron los siguientes:

- Cambios en nombres de letras: «i griega» pasa a ser «ye», la «b alta» será solo «b» y la «b baja» será «v».

- Eliminación de letras: «ch» y «ll» dejan de ser letras del abecedario y pasan a ser solo dígrafos.

- Algunas tildes diacríticas son opcionales: tanto solo como los pronombres demostrativos ya no llevarán tilde, aunque ello pueda inducir a confusión, pero, se puede dejar.

- Los monosílabos no llevarán tilde: aún quedaban algunos monosílabos que llevaban tilde, porque en algunos lugares, se pronunciaban con hiato. Ahora todos aquellos que no sean diacríticos, perderán el acento.

- La o entre números no precisa de acento: antes era obligatorio tildar la letra o entre dos números, para no confundirla con un cero. Ahora no hace falta.

- La Q desaparece de algunas palabras: a partir de ahora, escribiremos Catar e Irak para esos dos países de Oriente Próximo, y en las reuniones habrá solo cuórum.

Hasta aquí, lo que ya muchos de vosotros habéis escrito y leído en montones de blogs y bitácoras. Pero a mí me gustaría ir más allá y hacer una reflexión y ver si estos cambios eran realmente necesarios. También me gustaría conocer qué cambios creéis que son muchísimo más importantes y deberían haberse centrado en ellos. De todas formas, tengo una de esas preguntas retóricas que llevo varios días formulándome y que me autocontestado yo misma: ¿para qué necesitamos un libro entero de ortografía si solo hay algunos cambios? Pues muy fácil: dinero.

Pasemos al análisis de los cambios:

a) El tema de la «b» y la «v»: en España ya llamábamos así a estas letras, aunque lo de «alta» y «baja» (o «larga» y «corta», según en qué casos) se usaba en Latinoamérica. Pero es que mi madre, salmantina de toda la vida, también las llama «b larga» y «b corta», que fue así como se lo enseñaron en el colegio, allá por los 50. Y no nos olvidemos de la «ye». ¿Qué problema tenían con la «i griega»? En el resto de idiomas procedente del latín, se llama así, y a nadie se le ha ocurrido cambiarla: en catalán, «i grega»; en gallego y en portugués, «i grego»; «en francés, «i grec»; en italiano, «i greca»; y en rumano, no estoy segura, pero Mr. Wikipedia parece decir que lo llaman «Ípsilon». Ah, que quieren unificarlo, para que todo sea más bonito y lo digamos todos igual. Pero, a ver, señores académicos, ¿qué más da si tienen un nombre diferente si, al hablar, nos entendemos? ¿De verdad es tan importante cambiar el nombre de una letra?

¿De verdad es tan necesario igualar hasta tal punto un idioma? ¿O acaso los baleares y hablantes del valenciano vamos a tener que adoptar el confuso sistema de decir la hora catalán, aunque ahora nos entendamos perfectamente? Mientras nos entendamos, da igual qué nombre reciban. Y lo bonito del idioma español es, precisamente, esa diferencia que tenemos entre el español de los diferentes países.

b) ¡Dame una Che! ¡Dame una Elle! CHE-LLE: parece ser que la Academia ya consideró estas letras como dígrafos («signos ortográficos de dos letras») en 1999, pero «se les olvidó» quitarlas del abecedario, así que, las quitan ahora. ¡Qué diver! Pues no sé, a mí hace ya muchos años que, a pesar de haberme aprendido el abecedario como «a, be, ce, che, de, e… ele, elle, eme…», la «ch» y la «ll» ya no se incluían. A mi novio, que está aprendiendo español, le incluyeron la «ch» pero no la «ll» en el abecedario. Así que, parece ser que los profesores son más listos que los propios de la Academia.

c) Las tildes diacríticas me confunden… aún más: o sea, primero nos decían que sí que había que ponerla, siempre, «cuando se pueda sustituir por solamente». Eso me lo dijeron en el cole, el instituto, y hasta en la universidad, a pesar de que (¡me acabo de enterar!), «la RAE lleva décadas predicando con el ejemplo y desde 1960, en sus publicaciones no pone tilde ni a solo ni a los demostrativos». ¿Y «pa qué» tardáis tanto en contárnoslo? ¿Era necesario crear una regla en 1999, de la que no me enteré hasta el 2008, y que, en el momento en que consigo acostumbrarme a ella, me la volváis a cambiar? ¿No habría sido más fácil habérselo contado a todo el mundo en 1960 y, así, mis profes desde EGB se hubiesen evitado darme el coñazo con lo de «solamente»?

d) ¿Eres monosílabo, hiato o diacrítico?: a pesar de que en 1959 se eliminaron las tildes de los monosílabos (es por eso que nuestros padres siguen acentuando fue, fui, dio, fie), parece que se dejaron unos cuantos sin eliminar, porque en algunos países de Latinoamérica, pronunciaban estas palabras como hiatos. Así pues, guion, hui, riais, Sion, truhan y fie, no deberán llevar acento, y si los pones, es una falta de ortografía. Pero yo sigo sin entenderlo. O sea, que alguien pronuncia guion como hiato, ¿y el acento va en la o? Si un caso, deberían haberlo escrito como «guíon», que para algo es como lo pronuncian. Que es precisamente lo que le pasa a «fie» (pasado de fiar, yo fie), que también tiene su forma en hiato: «fíe» (subjuntivo de fiar, él fíe). O sea, que, nos obligaban a todos a escribirlo mal, en vez de hacer que, aquellos que lo pronunciaban distinto, cambiasen su forma de escribir y le pusiesen acento al hiato o, simplemente, escribiesen «la otra opción», sin el acento, que es como estaría bien. Diría que esta es la única regla nueva con la que estoy totalmente de acuerdo pero, para mí, llega 50 años tarde. Con lo fácil que habría sido en 1959 decir: los monosílabos no llevan nunca acento, a menos que puedan confundirse. Y punto pelota.

e) Prefiero que me toquen 2o3 millones en la loto, que 2 ó 3: menuda metida de gamba. O sea, que ahora solo podremos escribir con el ordenador y con algunas fuentes porque no podemos acentuar esa o entre dos números que, en muchos casos se seguirá confundiendo. Porque, ¿qué pasa con la gente que escribe cartas a mano? ¿Qué pasa si mi jefe me deja una nota en un post-it para que compre 2 o 3 coches a ese cliente tan importante? Según dicen, «los teclados de ordenador han eliminado "el peligro de confundir la letra o con la cifra cero, de tamaño mayor». ¿Lo habéis probado con las cerca de 100 fuentes (o más) que existen? Porque yo he visto muchas veces esa o sin tilde entre dos números en videojuegos, sitios web, teléfonos, etc., y os aseguro que es muy fácil confundirlo con el 0 («cero»).

f) Catar en Catar o en Irak, todo decidido por cuórum: la otra cagada del siglo. Y ya no porque cumpla o no con las reglas tipográficas (la q se usa como fonema de |k| solo acompañado de u), sino porque la escritura de Qatar e Iraq tienen una historia a sus espaldas. Lo del cuórum aún puedo aceptarlo, puesto que es una adaptación de la forma latina (por cierto, que la RAE aún no lo ha incluido en su diccionario en línea). Sin embargo, puestos a adaptar, ¿no debería ser cuoro, como pasa con currículum/currículo? Por otro lado, en el caso de los países, los hemos escrito igual que el original desde tiempos inmemorables, me parece una burrada tener que cambiarlos ahora… Y encima, no cambiar los otros millones de nombres de ciudades extranjeras que tampoco cumplen con las reglas ortotipográficas. Además, si tanto se ponen con las reglas ortotipográficas, Catar es llana no acabada ni en vocal, ni en «n» ni en «s»... ¿Entonces? ¿No debería llevar tilde? ¡Debería ser Cátar! ¡Menuda incongruencia! Resulta que habéis puesto la excusa de la «ortotipografía», pero se os ha olvidado el punto más importante. Para más respuestas a preguntas sin responder, leed este artículo, que explica perfectamente por qué deberíamos negarnos todos juntos a aceptar escribir Catar e Irak (aunque esta última no me parece tan estrambótica).

Ahora, que levante la mano quien creo que habría sido mucho más útil que se hubiesen dedicado a hacer un libro de estilo. O una lista con todos los países y ciudades que NO se escriben como el original o como el inglés, porque tienen una, sí, pero está incompleta y solo incluye las capitales de países, pero no otras ciudades importantes que, históricamente, se han escrito traducidas. O a lo mejor podrían incluir de una puñetera vez en su versión en línea las reglas sobre el uso de la cursiva, que nunca las encuentro. O podrían, de hecho, dedicarse a hacer un sitio web de consulta mucho mejor, que ahora mismo, si estás en la RAE, buscando una palabra, tienes que volver a la página de inicio para poder pasarte al panahispánico. Y al revés. Y la dirección URL no te da la palabra que está en pantalla ahora mismo sino la primera que buscaste, así que, si quieres enviarle a alguien el enlace, tienes que volver al inicio, escribir la palabra y copiar la URL.

Yo creo que deberían haberse dedicado a ayudarnos a los que necesitamos usar la lengua en el día a día, y también a aquellos que quieren aprender a escribir bien, en vez de ponernos más trabas. O, si no, deberíamos hacer como los argentinos, que han decidido que, a pesar de lo que la Academia (ye-ye) diga, van a hacer lo que les venga en gana. Y bien que hacen.

¿Soy la única que opina así?

lunes, 8 de noviembre de 2010

Traducciones automáticas + Posedición

Bueno, bueno, bueno… Cómo está el patio de la industria de la traducción… Lionbridge ha decidido enviar una petición indignante a sus traductores de reducir sus tarifas un 5%. El correo electrónico llevaba como remitente una dirección de esas a las que no puedes responder. Por supuesto, esto ha desatado la furia de todos los traductores que trabajan para dicha empresa, primero por lo que supone pedir al último eslabón de la cadena que reduzcan sus salarios (que no tienen por que ser los de un ministro, sino que, seguramente, fuesen, ya de por sí, bastante bajos), que se ajusten el cinturón y dejen de comprarles regalitos a sus hijos, sino también por la falta de profesionalidad que supone el enviar un correo electrónico masivo y al que, encima, no puedes contestar. Pero no voy a hablar de ello, puesto que no trabajo ni he trabajado para Lionbridge.
Hoy voy a hablar de otro tema que parece que se ha desencadenado al mismo tiempo y en el que he participado en LinkedIn, y que, simplemente, no he podido evitar compartir con vosotros, aunque ya lo compartí en el otro blog que tengo, en inglés. Merece la pena que os leáis el artículo entero y, si podéis, los comentarios en LinkedIn. Voy a intentar resumir un poco lo que explica el artículo y lo que yo opino sobre ello.
El artículo se titula Machine Translation Post Editing – a new skill for linguists, y aparece en la página de SDL. En él, la autora explica en qué consiste la traducción automática y por qué puede ayudarnos a los traductores. Comenta que hay grandes cantidades de texto que nunca llegan a traducirse por falta de tiempo y debido a los costes que supondría hacerlo. El primero no estoy de acuerdo, el segundo, tiene su parte de razón. Bueno, sigo. También comenta que la traducción automática puede utilizarse en esos casos en los que necesita tener una idea de lo que dice un texto, pero que si se necesita una mayor calidad y precisión, es necesario que la traducción pase por un proceso de posedición, de manera que, el cliente tendrá una buena traducción a un bajo coste. Y es aquí donde empieza mi discusión.
¿Pero qué pasa con el traductor? ¿Tendrá que trabajar el traductor también a un bajo coste? Porque si nos pasan siempre traducciones automáticas y solo tenemos que dedicarnos a poseditar, imagino que la tarifa no será la misma que la de una traducción, sino más reducida, puesto que no es una traducción, sino una edición. Pero, ¿hasta qué punto la traducción automática será de tal calidad que supondrá el esfuerzo de una edición, y no el de una re-traducción? Es verdad que hay muchos tipos de programas de traducción automática y que también hay compañías que están creando productos con diccionarios actualizados de palabras, reglas gramaticales, actualizaciones y demás, que se acercan mucho más a una traducción «aceptable», y por aceptable no digo que sea correcta, sino que, tal vez, sea lo mejor que una máquina puede hacer.
Mi problema radica en que, primero, no se especifica a qué tipo de traducción automática se refiere, y como ella, otra de las personas que también han comentado sobre este tema en LinkedIn. Y si hablan de traducciones automáticas, sin especificar más, la mayoría de la gente pensará que se refieren a uno de esos programas que encuentras por internet, gratuitos, y que te hacen una de esas traducciones que, bueno, te permiten enterarte de la copla, pero que, ni mucho menos, pueden sustituir la traducción que un traductor humano haría y, por lo tanto, lo que en un caso de una traducción humana sería una «corrección», se convierte, simplemente, en una edición a lo bestia o, en muchos casos, una re-traducción, porque es mejor ignorar el texto traducido por la máquina y empezar desde el principio. Aún así, aún en el caso de que hubiese una programa que haga una traducción casi perfecta, las traducciones automáticas SÍ SON una retraducción, porque siempre tienes que leer el original para ver si la traducción dice lo que tiene que decir.
Pero como nunca he visto un programa que haga unas traducciones decentes que, después, solo precisen de corrección, voy a hablar del peligro que supone que se hagan afirmaciones como las que he visto en este artículo, sin hacer ninguna mención a qué tipo de software se refieren en concreto. También comenta que, una de las razones de que se use este tipo de traducción es que no hay tiempo de hacer traducciones humanas. Bueno. Desde el punto de vista de un software «cualquiera» (pongamos los casos del famoso googletranslate, iTranslate, Bablefish, o los muchos que encuentras en los sitios web de montones de agencias), un cliente, el Señor X, está buscando la forma de hacer una traducción más barata y lee este artículo en el que dicen que la traducción automática reduce costes. Entonces, se va googletranslate, pone su texto ahí, lo copia en un Word y me lo manda para que lo corrija, diciéndome que ya está traducido y que, por lo tanto, debo cobrarle menos porque es solo una corrección, o una edición. Pero la verdad es que me lleva el mismo tiempo traducirle al Señor X la traducción desde el principio que intentar «arreglar» el texto que me ha dado. Todo con el añadido de que, a veces, cuando te ponen una palabra en la cabeza, aunque sabes que no es la correcta, no te sale otra, y sigues dando vueltas y vueltas, intentando conseguir la palabra que buscas. Y pierdes más tiempo.
Tampoco voy a decir que no sirven para nada. Gracias a Mr. Googletranslate mi madre ya no me pide que le traduzca cosas de internet que le pueden interesar porque ha aprendido a usar estas herramientas. Mejor para mí: no más traducciones gratis. J También las uso cuando el texto en inglés que me han dado ha sido traducido del francés o del alemán, y me cuesta entender el significado, así que cojo el texto en francés, o en alemán, lo paso por una de estas máquinas y veo si me dan alguna idea que no me dé el texto inglés. A veces funciona; otras, me lía aún más, así que acabo pidiéndole al cliente que me explique qué quiere decir con esa frase y que, por favor, la próxima vez, se asegure de que esté bien.
Por último, voy a daros un ejemplo de cómo veo yo este tipo de traducciones.
Es domingo y se te ha estropeado el inodoro. No quieres pagar la tarifa de fin de semana del fontanero, así que intentas arreglarlo como puedes (tampoco tiene por que ser muy difícil, ¿no?): desmontas el sistema entero y, tras una hora, te das cuenta de que no tienes ni idea de cómo arreglarlo, así que, lo montas de nuevo y decides llamar al fontanero. Sin embargo, le dices que, como lo has intentado arreglar tú solo, que te cobre una tarifa más baja. ¿Qué crees que te dirá? Lo mismo pasaría con cualquier otro profesional. ¿Crees que un abogado te reducirá la tarifa porque le hagas parte del papeleo o la investigación? NO. ¿Te hará el farmacéutico un descuento si le dices que se quede el bote de pastillas o el de jarabe, que tú ya te traes el tuyo? NO.
¿Por qué tiene que ser diferente con los traductores?
Creo que las traducciones automáticas se usan demasiado a menudo por gente que no utiliza un software adecuado, simplemente con la creencia de que pueden ahorrarse dinero si «hacen» la mitad del trabajo. Sin embargo, esto nos afecta a nosotros de forma negativa, porque en caso de que se extienda, en caso de que, cada vez, haya más gente que crea que cualquier traducción automática vale, nos pedirán que hagamos menos traducciones y más posproducción, eso sí, a unos precios reducidos. Y sé que ocurre porque a mí me lo han hecho y porque conozco gente a los que se lo han hecho, y siempre ha sido mejor traducir desde cero que usar esa traducción como referencia. No es justo para nosotros ni para nuestra industria, y no solo eso, hay que tener en cuenta que, la mayoría de las veces, lo barato sale caro.
Ahí queda eso :)

EDITADO: Acabo de encontrar este artículo que explica muuucho mejor nuestras preocupaciones como traductores: http://detraducciones.blogspot.com/2010/06/i-translator.html
También explica cómo funciona GoogleTranslate, y oye, está muy bien para la «sencillez» del sistema.

jueves, 28 de octubre de 2010

Empecemos… por el principio

Vale, he acabado la carrera; y ahora, ¿qué?

Diría que esa es la pregunta a la que más nos cuesta enfrentarnos cuando acabamos los estudios. Somos jóvenes, inexpertos (en la mayoría de los casos) y nos hemos pasado los últimos tres-cuatro años (en algunos casos, más) dedicándonos a algo con la esperanza de que nos moldease para llegar a ser eso que siempre hemos soñado. En algunos casos, hemos pasado esos años lejos de la familia y de los amigos, fuera de nuestro entorno habitual. Seguramente en todos los casos ha habido temporadas sin dormir (bien por tener que acabar trabajos o bien por las fiestas universitarias). Es un cambio importante, ya que supone otro paso más del proceso de «ser mayores». Nos da miedo ese mar inmenso y desconocido al que nos tenemos que tirar sin manguitos ni aletas ni gafas de bucear. Un mar que suele estar en marejada y donde pocos te lanzarán un flotador para que no te ahogues. Bueno, no siempre es así de negro (¿o debería decir, azul marino?), pero eso es lo que nos parece. Los más positivos tal vez hayan tenido profesores que les animaron y les dijeron lo bonito que es traducir, y lo fácil que es encontrar trabajo… Estos también se darán cuenta de lo azul que es el mar, aunque seguramente se hayan acordado de coger los manguitos.

No es oro todo lo que reluce, ni tampoco el vaso está medio vacío. Lo que sí sabemos y debemos tener claro es que, si hemos llegado hasta aquí, superando todas esas dificultades del estudiante, seguro que podemos superar ese miedo y enfrentarnos al océano. Bueno, no siempre. Seguro que a muchos se os pone la piel de gallina con solo pensar que tendréis que pasar horas sentados, buscando trabajo, enviando solicitudes, paseándoos por la ciudad, de agencia en agencia, pidiendo prácticas o un trabajo, aunque sea haciendo cafés y fotocopias. Nadie dijo que esta vida fuera fácil. Lo que sí es seguro es que tampoco podemos quedarnos sentados, de brazos cruzados, esperando que el trabajo nos llueva del cielo.

No puedo decir que fuese una de esas que tuvo «suerte». Mientras gente que yo conocía conseguían trabajo o prácticas en agencias y empresas incluso antes de acabar la carrera, yo seguía llenando mi «bandeja de salida» de correos que nunca encontraban respuesta. Pero creo que es precisamente por eso que estoy aquí, a punto de hablaros de todas las cosas que se me han ocurrido a lo largo de mis 6 años como traductora para conseguir trabajo. En mi caso, solo algunas han sido fructuosas, pero seguro que todas son potencialmente buenas. Eso sí, si te adentras en ello, es porque ya estás 100% seguro/a de que quieres ser traductor. Si aún lo dudas, lee primero este interesante escrito sobre La senda del traductor novel.

¿Estáis todos y todas a punto? *¡¡¡¡¡Síiiiiiiiiiii!!!!!* Pues bien, empecemos.

  1. Prepárate un buen currículum vitae

Es lo principal. Es tu carta de presentación y la forma más usual de demostrar todo lo que has hecho. Un currículum lo dice todo de ti, no solo lo bueno/a que eres en tu trabajo, sino también tu personalidad. Así que, es tu momento para brillar, para ser el/la protagonista y, sobre todo, para dar rienda suelta a tu creatividad. Eso sí, acordaos que es mejor tener la información en una hoja que en dos, y en dos que en tres. Tenéis que poneros también del lado del que leerá tu currículum, que puede haber leído doscientos antes que el tuyo, y puede que aún le falten otros cien por leer. Así que, hay que ser escueto/a, pero sin olvidarse de datos. Si tienes mucha experiencia, o has trabajado en muchos proyectos (como me pasa a mí), dos hojas tampoco está mal. Por supuesto, si no te queda más remedio, puedes hacerlo de 3 hojas. Todo depende de la cantidad de cosas que hayas hecho (por ejemplo, tuve que corregirle a mi cuñado su currículo, y tenía 5 páginas; es ingeniero industrial y lleva como 15 años trabajando).

Por otro lado, sé que ahora hay muchas empresas que recomiendan usar el modelo que ha sugerido la Unión Europea, pero, para mí, se pierde toda la gracia de hacer un currículo, no solo porque es muy desordenado (apenas se pueden diferenciar las secciones, se ve todo muy apelotonado), sino porque, si todo el mundo presenta el mismo currículo, ¿cómo puedes demostrar que tienes creatividad? ¿Cómo puedes resaltar por encima del resto si todos los currículos se ven iguales? Por ello, recomiendo que creéis vuestro modelo, a no ser que os obliguen a presentar el modelo europeo en una empresa o agencia.

Y aquí es donde viene mi tercer consejo sobre currículos. Hay que tener varios preparados, no solo en castellano, sino también en inglés. Y aún mejor si podéis hacerlo en los otros idiomas con los que trabajáis. Yo los tengo en inglés, castellano y catalán. Además, también conviene tener uno para cada especialidad que tengáis. Vale, al principio no hace falta porque, tal vez, no tenéis ninguna especialidad, pero a medida que vas consiguiendo trabajo, no solo en traducción sino en cualquier otro sector, a lo mejor convendría tener un currículo diferente, dependiendo de dónde envíes la solicitud. Por ejemplo, ahora mismo, tengo experiencia como gestora de proyectos, como traductora/localizadora y como profesional en control de calidad (testeo). Los tres pueden estar muy relacionados, ya que la gestión de proyectos puede ser en traducción, pero también en control de calidad. El control de calidad puede ser en traducción, pero también en software. Así que, en mi caso, tengo dos currículos, uno donde explico más sobre mi experiencia en gestión de proyectos, y otro donde explico más sobre la traducción y el control de calidad. Y luego tengo uno largo, donde lo tengo todo. Y éstos, a su vez, los tengo traducidos al inglés, castellano y catalán.

Por último, antes de «cerrar» el/los currículo/s, pásaselo a amigos y familiares para que te den tu opinión, incluso también a otros compañeros de profesión. Y, mejor aún, a alguien que trabaje en Recursos Humanos o, incluso, alguien que tenga una empresa de traducción. Cuanta más gente diferente lo lea, mejor. Pedid que sean críticos y que, si pueden, den consejos o ideas de cómo mejorarlo. Todo este barullo se debe, simplemente, al hecho de que, cuanto más miramos nuestro currículo, más nos parece que todo está bien y menos vemos los fallos (lo mismo pasa con las traducciones, je, je, je). Si lo dejas de lado unas semanas y vuelves a leerlo, te das cuenta de la cantidad de cosas que necesitan cambiar (y, sobre todo, la de faltas de ortografía que has pasado por alto).

  1. Prepárate cartas de presentación

Sí, lo dije bien, en plural. Al igual que con los currículos, necesitarás destacar cosas diferentes según el trabajo que solicites. Por no decir que también tendrás que adaptarlo al cliente, así que, lo mejor es intentar que sea lo más general posible.

¿Qué estructura debería tener una carta de presentación? Bueno, esto creo que ya depende de cada uno. Yo opto por presentarme primero, explicando la razón por la que envío el correo-e, para después pasar a decir quién soy, a qué me dedico y qué educación tengo, y luego explico mis especialidades. Aquí es donde divido las cartas de presentación enviadas de forma separada o incluidas en el propio correo-e.

- Si la envío de forma separada, suelo enrollarme más. Explico todo lo que hago, el proceso de mi carrera como traductora/tester/coordinadora de proyectos, los programas que uso (y la facilidad que tengo para aprender programas nuevos), lo bien que trabajo como miembro de un equipo y, en el último párrafo, antes de la «despedida», explico lo buenísima que soy para cualquier trabajo, es decir, hablo de mis destrezas, mis puntos fuertes (los débiles ya los explicaré en la entrevista, porque siempre te los piden), etc.

- Si envío la carta de presentación como cuerpo del correo-e, paso directamente a explicar el volumen de palabras que hago al día, cuánto les costará (también depende si me lo piden o no. A veces omito este punto), si uso algún programa y cualquier cosa adicional que hayan pedido en el anuncio. Por último, me despido anunciándoles que el currículo está adjunto, pero que también pueden acceder a mi página web para obtener más información.

*Muy importante: acuérdate SIEMPRE de cambiar el nombre de la persona a quién va dirigido el correo. Fastidiarla aquí es la mejor forma de que se den cuenta de que estás haciendo «buzoneo» (¿o debería decir, «correo-electroniqueo»?), y no solo eso: puede parecer desesperado o que estás haciendo spam. ¿No oas ha pasado nunca que, estando en la discoteca, se os acerca alguien que conocisteis la semana pasada (o unas horas antes), se pone a hablar intentando ligar con vosotros, y la ha cagado en el nombre? ¿Qué sensación os da? Pues ya sabéis. Poneos un post-it en la pantalla para que esto no os pase (yo, estoy en ello). Pero si os pasa, tampoco se acaba el mundo. Siempre podéis volver a enviar el correo, diciendo que os disculpen, pero que (insertar excusa barata) J Al menos verán que hay interés, aunque no signifique que no les haya molestado y hayan borrado el correo directamente. Otro truco sería usar siempre el famoso “Estimados señores”, pero a veces se hace repetitivo y puede ser demasiado formal. A todos nos gusta que nos llamen por el nombre. Como dice una amiga mía: “si me llama por mi nombre, ya tiene el 50% de posibilidades de que le escuche”.

  1. Crea un perfil en redes profesionales en internet

Hay muchas y de muchas clases. Las hay solo de traductores, las hay de varias profesiones. La mayoría se anuncian como «gratuitas» aunque, cuando te has tirado 10 minutos dándoles hasta el número de D.N.I. (a mí me lo pidieron en una, al igual que el número de cuenta bancaria, el cual no di), resulta que, para poder ver las ofertas o para poder solicitar los proyectos, necesitas pagar. Y no son baratos, sobre todo si estás empezando. ¿Qué hacer?

Bueno, apuntarse no está de más, porque tus datos están ahí y, quién sabe, algún día los verá alguien, pero también habría que ser un poco selectivos y crear el perfil en aquellas donde tengas más posibilidades de que te contacten.

Daré los nombres de aquellas que, a mí, me parecen más importantes (o las únicas a las que hago caso ahora):

- LinkedIn: se trata de una red profesional bastante seria, donde caben todos los sectores y, tal vez, la red pluriprofesional con más éxito que hay ahora mismo. Es como el Facebook, pero sin gente que quiera unirse a ti porque les gusta tu foto (esto también es verdad, me ha pasado). Se basa principalmente en que solo puedes añadir a tus contactos a gente que conoces, o gente con las que has trabajado, o gente con la que compartes algo (un grupo de LinkedIn o una profesión). Aún así, la persona con la que has estado tres años y medio trabajando, puede rechazar tu solicitud. Así que, sigue siendo segura si alguien os molesta.

- Proz.com: seguramente la red de traductores más famosa, pero también la más abusada. Está bien porque, a pesar de que haya muchos trabajos restringidos solo para los que pagan la cuota, hay muchas cosas que puedes usar de forma gratuita. Entre ellas, los foros y las secciones de búsqueda de términos (aunque también, tela, mucha gente responde sin tener ni idea, así que tampoco hay que tomarlo como la Biblia). Yo me hice un perfil cuando aún estaba estudiando 3º de carrera, y solo he empezado a pagar en enero del año pasado (porque es cuando empecé a poder permitírmelo). Lo que consigues extra está bien, porque puedes solicitar muchos más trabajos, puedes ver los perfiles de las empresas, ver el correo electrónico de contacto (a veces), y bueno, es una buena forma de «aprovechar» el dinero invertido.

- Translatorsdirectoy: aunque no parezca muy profesional, a mí me ha servido para contactar con muchas agencias. Es gratuito y tiene un sistema de alertas que te envían los trabajos a tu correo. Además, ahora obligan a los que ponen anuncios a que digan que pagarán, como mínimo, 0.04 € por palabra, que creo que es una buena forma de eliminar la gente que ofrece trabajos a un precio muy, muy bajo. También me gusta el hecho de que te permiten informarles sobre compañías que no pagan para que lo pongan en una lista negra. Puedes ver una lista de traductores pero si quieres conseguir una lista de compañías, tienes que pagar.

  1. Acude a las agencias que haya en tu ciudad o en ciudades cercanas

Vamos, hacer networking como se hacía en los viejos tiempos. No hace falta que pidas trabajo. Siempre puedes empezar ofreciéndote para hacer prácticas, aunque sea a tiempo parcial. Seguramente estarán más abiertos a darte algunas cosillas de esta forma, ya que, a la mayoría de las empresas, les sigue costando menos contratar traductores autónomos que en plantilla. Además, la presencia, el hecho de que te vean en persona, de que te conozcan, ayuda mucho.

Yo no tuve demasiada suerte en este punto. Dejé mi currículo en varias agencias de Barcelona y me pasé por las dos únicas agencias de traducción que había en Palma (o que pude encontrar) cuando acabé la carrera, y no me cogieron ni el currículo, simplemente porque no buscaban a nadie ni querían a nadie ni en prácticas. Pero eso no quiere decir que vosotros no tengáis suerte. Así que, ya sabéis. ¡A la calle!

  1. Busca «enchufes»

No, no me refiero a que vayáis por la casa buscando esos agujeritos donde metemos las clavijas de conexión de los aparatos eléctricos que queremos usar. Me refiero a que, habléis con vuestros padres y amigos, les preguntéis si tienen algún amigo que trabaje en algo donde necesiten traductores. Hoy en día, cualquier empresa vale: hoteles, agencias de viaje, inmobiliarias (sobre todo las que alquilan casas a ingleses y alemanes), campos de golf, empresas de publicidad, hospitales, abogados…

Yo intenté lo del hospital, porque mi padre es médico y trabaja en el hospital general de Palma, pero tuve tan mala suerte que la traductora e intérprete que tenían era finlandesa y hablaba como 8 idiomas (entre ellos, inglés, francés, alemán, castellano y catalán), y me dijo que, claro, ella lo hacía todo, y que si algún día no podía, se lo dejaba a su hija, que hablaba también no sé cuántos idiomas. Mi gozo en un pozo. También intenté lo de los abogados. Al principio iba a hacer prácticas en un bufette de abogados bastante importante de Palma, porque la esposa del dueño es muy buena conocida de mi madre (además de clienta), pero no cuajó la cosa.

Pero aún sigo preguntando por aquí y por allá. Hablando con unos y con otros y, si me preguntan de qué trabajo, les digo: “soy traductora, así que, ya sabes, si me necesitas…”. Nunca se sabe dónde puede estar tu futuro cliente.

  1. Networking, o hacer contactos

Seguramente una de las tareas más frustrantes del traductor autónomo, pero también puede ser divertida, si te gusta conocer gente, claro. Es muy parecido al punto 5, solo que, en este caso, nadie de nuestro entorno conoce a la gente con la que hacemos queremos hacer el contacto. Esto puede ser tan simple como hacer un día 100 fotocopias del currículum e irte a algunos de esos lugares donde hay montones de empresas diferentes (por ejemplo, en Madrid, irse a Campo de las Naciones), y presentarte en todas las empresas, explicar quién eres y a qué te dedicas y, bueno, dejarles tu currículo. La mitad de la gente lo tirará directamente a la papelera. El resto, lo guardará en el cajón y lo encontrará el día en que le echen de la empresa o le asciendan de puesto y tenga que cambiarse de oficina. Pero una ínfima parte se acordará de esa persona tan maja que entró un día ofreciéndose como traductor/a, y abrirán el cajón y buscarán tu currículo. Ese es el grupo de personas al que tienes que dirigirte.

Hay otras muchas formas de hacer contactos. Las conferencias, sin ir más lejos, son un buen momento para hacerlos. Pero en estos casos, tal vez sea mejor hacerse con unas tarjetas de visita. Son más pequeñas y profesionales.

  1. Apúntate a empresas/sitios web de búsqueda de trabajo

En este caso casi aconsejaría hacerlo en empresas/sitios web online, porque en España lo de las ETT está demasiado mal montado. Hay montones, y no hace falta que sean de España. Voy a daros unas cuantas que a mí me ayudaron a repartir mi currículo por internet:

- Infojobs: ¿quién no ha oído hablar de infojobs? Diría que es la página web española de búsqueda de trabajo por antonomasia. Es verdad que, a veces, ofrecen puestos de traductor y solo piden el graduado social, pero a falta de pan, buenas son tortas

- Monster: me parece un poco más profesional que infojobs, solo por el hecho de que no suele ofrecer trabajos de «traductor» pidiendo solo ser bilingüe. Además, hace unos años montaron la versión española, así que, aún mejor. Lo bueno es que puedes configurar tu perfil para que te lleguen trabajos de todo el mundo.

- Trabajos.com: Para mí, un poco peor que Infojobs, pero nunca está de más ampliar las posibilidades, por si acaso hay algo que esté aquí y no en infojobs.

- Top Languages Jobs: fue aquí donde encontré mi primer trabajo, así que, les tengo mucho cariño. Creo que, en principio, solo ofrecen trabajos para Reino Unido, pero nunca está mal probar cosas nuevas.

- Multilingual Vacancies: también es británica, pero puedes ofertas de trabajo de todo el mundo.

  1. Blogs, twitter, facebook y similares

Para mí, estos están en fase de prueba, ya que hace poco que tengo twitter y el blog, bueno, lo he empezado hoy. Pero por lo que he visto, ayudan mucho, porque es una forma de que el boca-a-boca funcione sin apenas esfuerzo. Un buen caso es el de Pablo, del blog Algo más que traducir. Por lo que he ido leyendo en su blog, parece que le han contactado más de una vez gracias a su blog. Así que, probemos, a ver qué tal va.

Si mañana me llaman ofreciéndome un trabajo porque han leído este blog o porque han visto mis tuits en twitter, os aviso ;)

Seguro que me dejo muchas cosas en el tintero, así que, por favor, escribe un comentario y cuéntanoslas. Otro día hablaré más concretamente sobre lo divertidísimo que es hacer todo esto, mientras tienes que ganarte el jornal de cada día.

Posdata: Ya os dije que creía haberme dejado cosas. Y ahí está la prueba: he añadido el punto 8 ^_^

miércoles, 27 de octubre de 2010

Preparando el blog…

Me estoy preparando para el salto a la fama, para compartir mis ideas, frustraciones y trucos sobre la localización de videojuegos y software y también cómo conseguir que el control de calidad (también conocido como pruebas o testeo) no te vuelva majareta.