Y llegó
el último día. Esta vez sí que me acordé de cambiar la hora de la alarma (no
como el
día anterior). Llegué con tiempo suficiente como para saludar a los
compañeros y asegurarme de que, en la sala principal, seguía habiendo las
presentaciones que quería ver sobre precios, tarifas y calidad. Allí directa me
fui a buscar sitio en primera fila (así podría enchufar el ordenador y tuitear
durante las dos horas que durarían las presentaciones). Empezamos con la
presentación de Andrew Lambourne, de SysMedia, sobre cómo
reducir costes y mantener la calidad, algo que empezó a exasperar a más de
un traductor presente en la sala. A pesar de sus esfuerzos por convencernos de
que los métodos que utilizaban servían para mejorar la productividad y no para
reducir las tarifas que se pagan a los traductores (ya de por sí muy
reducidas), no paraban de oírse murmullos por la sala. Andrew dio paso a Luc
Vandingenen, con «How to Sell Quality in a Price-driven market»,
donde nos daba a entender que su empresa había encontrado la varita mágica
que le permitía vender su producto como un producto de gran calidad al mejor
precio... Nos quedamos todos un poco perplejos y aquí, he de confesar, se me
empezaron a hinchar las narices porque, o bien el título de la ponencia mentía,
o era él el que nos quería hacer ver algo que no era. Pero me guardé el as en
la manga para la ronda de preguntas. Cuando acabó, pudimos observar a nuestro
amigo danés, Claus Stenhøj, con ganas de decir algo, pero tuvo que
callarse y esperar a que los tres ponentes acabasen con sus presentaciones...
La cosa se estaba poniendo emocionante. J
Para poner la guinda al pastel,
acabó la sesión de presentaciones Nakata Steffensen con una presentación
para levantarse y quitarse el sombrero, que no pareció sentar del todo bien a
sus dos compañeros de mesa. Nakata nos hizo un resumen de la evolución de la
empresa del subtitulado en Reino Unido, y de cómo las pequeñas empresas
británicas se han visto absorbidas por grandes multinacionales extranjeras,
de manera que, cada vez más, la industria de la subtitulación británica está en
manos de grandes empresas extranjeras (principalmente estadounidenses). Así,
poco a poco, se está creando una centralización oligopólica en la que
los peores parados son los subtituladores autónomos y, por supuesto, la calidad.
Porque la calidad siempre sufre, y el que lucha por conseguirla, a pesar de
recibir muy poco dinero a cambio, también.
Con este
panorama llegamos a la ronda de preguntas. El primero en pedir el micro fue Claus
Stenhøj... Ya os podéis imaginar qué pregunta haría y sobre qué se quejaría:
¿cómo pueden mantener la calidad si se paga menos al traductor? Pero tanto Luc
como Andrew marearon la perdiz sin dar ninguna explicación clara... Es que,
como decían, no nos pueden contar el secreto de empresa. Tras su pregunta,
llegaron otras similares que tampoco consiguieron ninguna respuesta concreta.
También hubo algunos defensores, que decían que era posible reducir precios
y mantener la calidad, pero yo seguía con la curiosidad de saber cómo se
conseguía a un cliente sin competir en precio... O, bueno, como dijo Luc,
compitiendo por precio pero sin necesidad de ser el más barato ni tampoco de competir
por la calidad... Así que levanté la mano y esperé a que alguien me pasase el
micro. ¿Que si lo conseguí? Pues sí. ¿Y qué le pregunté? Pues muy fácil: Si no
compite en calidad ni tampoco compite en precios, ¿en qué está compitiendo?
Porque yo, no lo entiendo. J Aquí yo ya le vi sufrir (ay, me dio pena y todo),
pero intentó explicarse. Que lo de la calidad ya se daba por supuesto, y
lo de los precios, no iba a bajarlos más, así que lo que hacía era ofrecer algo
adicional. Y ahí, señores, es la prueba de lo bien que muchas empresas venden
su imagen, porque te hacen creer una cosa que no es y mucha gente cae como
tonta. Y así, con un meneo del micro que pa’ qué, nos llegó el descanso (sí,
con café, té y galletas, como siempre).
Después
del descanso, no estaba muy segura de por qué tema decantarme, así que, como la
audiodescripción es un tema bastante nuevo para mí, decidí aprender todo lo
posible sobre el tema y me dirigí a la sala Senate Room a ver qué se cocía... Cuando
llegué, John D. Sanderson ya había empezado. John nos presentó un
estudio sobre la descripción de los paisajes en la audiodescripción,
comparando la versión española audiodescrita con la inglesa, de
dos películas: Los abrazos rotos, de Almodóvar y, Vicky,
Cristina, Barcelona, de Woody Allen. Dado que ambos directores
habían escogido para sus obras ubicaciones que distaban de las habituales para
ellos (Madrid y Nueva York respectivamente), el estudio se centraba en ver si
las audiodescripciones habían conseguido plasmar la intención de dichos
paisajes y el exotismo que los envuelve. Fue muy interesante ver cómo las
versiones inglesa y española de la misma película distaban bastante en algunos
casos, y conseguían que nos preguntáramos si no deberíamos también «centralizar»
la audiodescripción de las películas para que ambos audiodescriptores
tengan la misma información (incluyendo una lista de la información relevante
o, incluso, con qué intención se han creado los distintos elementos) y que, así,
esta disparidad no sea tan grande. También escuchamos a Marina Ramos,
que habló sobre el impacto de las películas en diferentes audiencias. En su
estudio se centra en cómo se percibe la audiodescripción y el impacto que
esta tiene en la audiencia, y cómo se diferencia dicha percepción de la
que la audiencia que ve la película normal. Un estudio muy interesante que
aún tenía mucho por investigar. La última presentación fue la de Anna
Maszerowska con una presentación sobre cómo se trata la luz y el contraste
en la audiodescripción, si es que se llega a tener en cuenta. Muy
interesante, ya que, seguramente, no nos damos cuenta de la importancia de la
luz y de cómo los directores de cine juegan con los contrastes para crear los
diferentes ambientes, algo que aquellos con discapacidad visual pueden perderse
si no se especifica en la audiodescripción.
Tras
estas tres interesantes presentaciones, llegó la hora de la comida, la hora de
seguir conociendo a gente, de seguir compartiendo ideas, de discutir (de buen
rollo) y, en definitiva, de disfrutar en compañía de gente con intereses
comunes (y, por qué no, tan friquis por la lengua como yo). Llegaba la última
sesión de ponencias separadas y, cuando ya creía que había aprendido todo lo
que podía aprender, me fijé que había una sesión en la que se hablaría de sobretítulos
(sí, porque se muestran «sobre» la acción, mientras que los subtítulos se
muestran «debajo» [sub] de la acción) en el teatro y la ópera. Me
perdí el principio de la primera presentación, de Lucile Desblanche,
quien lanzó la pregunta de por qué parece que, hoy en día, hay bastante gente
que acude a la ópera y son reacios a tener constantemente el texto
explicándoles lo que pasa. Sin embargo, también hay muchos que lo agradecen, ya
que los sobretítulos no solo muestran las traducciones, sino que también
pueden ayudar a audiencias sordas o con discapacidad auditivas. ¿Qué creéis
vosotros? Pasamos después a Ken Chalmers y Judi Palmer, quienes
nos hicieron una presentación sobre cómo es el trabajo de un sobretitulador
en un importante teatro como la Opera House y cómo se muestran en escena
dichos sobretítulos. Ya había acudido con dos amigas (María Ferreiro y Lorea Martínez) a una
presentación de Judi en el Imperial College London, pero me vino bien el repaso
a este trabajo que, hasta aquella presentación, desconocía por completo.
Después le llegó el turno a Anika Verbecken, a quien tuve el placer de
conocer el primer día. Anika nos hizo una presentación en la que analizaba el
tipo de programa que se utiliza para crear y mostrar los sobretítulos y nos
listaba los pros y los contras de cada una de las prestaciones que tenía.
Era como una queja en voz alta en busca de alguien que crease el programa
perfecto para dichos sobretítulos. Por último, Sarah Weaver nos mostró
un análisis extraordinario de cómo son los sobretítulos para sordos (y
discapacitados auditivos) en tres de los teatros más importantes del Reino
Unido, qué aspectos hay que mejorar y qué otros se han utilizado y han
recibido buena acogida por parte de la audiencia. Una gran reflexión que, lejos
de parecer que se ha acabado la investigación sobre los sobretítulos, nos da la
idea de que no es más que el principio.
Nos dieron
tiempo para otro descansito antes de que empezase la última sesión, en la que se
habló del futuro de la traducción audiovisual y que, como era de esperar,
causó diferencias y una ronda de preguntas calentita. Pero como he hablado ya
demasiado sobre estos debates, no os explicaré más, sobre todo porque la sesión
de despedida, que llegó justo después, fue la mejor. En ella, Jorge Díaz-Cintas
hizo un pequeño discursito agradeciéndonos el haber estado allí y nos anunció
la fecha para el próximo Media4All, que se celebrará del 15 al 17 de
septiembre del 2013 en Dubrovnik, en Croacia. Con las ganas que tengo yo de
ir a Croacia, ¡y me lo han dejado en bandeja! Aplauso generalizado, agradecimientos
(con regalo incluido) a Jorge por haber organizado todo ese berenjenal (y
habernos aguantado durante 4 días sin quejarse... ¡Qué gran hombre!) y, bueno,
ya se había acabado todo. Fue un momento surrealista, porque, por un lado,
estaba muy cansada y deseaba llegar a casa y dormir, pero, por el otro, no quería
que se acabase, no quería que la gente se fuese de Londres... Fue una
experiencia tan increíble, que os la aconsejo. No sabes lo que te pierdes hasta
que no estás allí. J
Aproveché para hacerme unas cuantas fotillas con «famosos», como Jorge o Fréderic Chaume (al que no pude encontrar justo después de las sesiones, pero con el que conseguiría hacerme una foto más tarde) y ya, sin darnos cuenta, llegaba la hora de la cena y la «fiesta», pero eso lo reservo a los que estuvimos allí
(aaaaah, se siente...). Eso sí, os dejo deleitaros con algunas fotos. ;)
Aquí aparezco con Eva Espasa, una profesora de mi universidad, con quien tenía muchas ganas de hablar.
Aquí, con el famoso Fede Chaume y mi mentora Jennifer Vela (que sí, mujer, que sí)
La gran Pilar Orero, a quien espero parecerme en el futuro, y no solo por el decorado de la camiseta ^_^
¡Nos vemos en 2013!