¡Hola, chicos y chicas!
No quería que pasase más tiempo sin contaros nada nuevo, sobre
todo después de la cantidad de correos y mensajes que he recibido de algunos de
vosotros, contándome lo mucho que os gusta mi blog y, lo que aún me anima más,
cuánto os gustaría hacer lo que yo he hecho. De todo corazón: gracias, y que no os dé miedo de escribirme, que me
emociona mucho leeros. *sobs* *sobs*
Algunos de vosotros habéis acudido a mí preocupados porque teníais
una entrevista para un puesto como tester, y emocionada he recordado y os he contado cómo fue la
mía, intentando que os sirva de ayuda. Sabéis que me encanta hablar y que
no callo ni bajo el agua, pero después de haber tenido que explicar unas
cuantas veces el proceso, creo que sería importante que lo explicase en el
blog, y no porque me moleste tener que explicarlo (mejor para mí: una
oportunidad para ejercitar la lengua o, bueno, en este caso, los dedos), sino
porque creo que hay más gente ahí fuera que quieren saber cómo es o que,
esperemos, necesiten saberlo muy pronto. A
unos cuantos les fue bien (ya sabéis quienes sois), así que espero que os
vaya bien a los futuros testers.
Os contaré cómo fue mi prueba/entrevista para el puesto de técnico
de control de calidad de localización de español (o sea, tester de español, para que nos entendamos), pero eso no quiere
decir que vaya a ser igual en todas las empresas, ni mucho menos.
¿Estáis a punto?
Empecemos.
Mi prueba/entrevista consistió primero en un cuestionario que tuve que rellenar un mes antes de la entrevista,
con preguntas sobre videojuegos y
ejemplos de bugs. Una vez pasabas
esa prueba, te llamaban para una entrevista y para hacerte un par de pruebas
más. La entrevista/prueba duró tres
horas, en las que me hicieron una prueba
de traducción, una prueba de
búsqueda de bugs (fallos/errores)
y una entrevista.
1. Primera prueba, o
prueba de preselección.
Recuerdo que había bastantes preguntas (unas diez) y que tuve que
recurrir a mis amigos friquis de la universidad varias veces. Como creo que ya os
he contado, tuve una época (los cuatro años de universidad) en la que apenas
jugué a nada porque no tenía ni consola ni un ordenador decente. Mis momentos de ocio videojueguil se
limitaban a algunas horas muertas con el solitario en el ordenador de la
universidad, o en el mío, cuando conseguí un portátil que iba con manivela
(pero que, oigan, para escribir los trabajos, me bastaba). Por ello, había
algunos juegos de los que me hablaban que no conocía. También fue el momento en el que conocí esa palabra con la que los testers tenemos una relación de
amor-odio: bug. Sí, señores,
hasta entonces no había oído en mi vida esta palabra relacionada con «error informático», y justo una de esas
preguntas era explicar un poco lo que era, para mí, un bug (si sabía lo que era) y explicar algunos ejemplos. Así que,
desde aquí, quiero agradecer a Iván toda
la ayuda (¿o crees que me había olvidado?).
Consejo: no tengáis miedo en preguntar si no sabéis algo. Nadie nace sabiéndolo
todo y tampoco necesitas ser un experto en una materia para poder aprender
cosas nuevas.
2. Prueba de
traducción.
En la primera hora me
pidieron que tradujese un texto, sin
usar internet, aunque me dieron una de esas cosas de papel, con letras escritas
que llaman «diccionario» y que solo ves en las bibliotecas. El texto en
cuestión era un trozo del famoso «Léeme»
que nadie se lee, en el que hablaba del DirectX 6 (o 7, no me acuerdo. Una
versión muy antigua J). A pesar de haber estudiado una
carrera de traducción, había muchos términos que se me escapaban porque en mi
vida me había leído un «Léeme» de estos (¡maldito el día en que no abrí ninguno
para leerlo!). Pero el diccionario, que era bastante gordito, me ayudó
bastante. Al final, acabé en 45 minutos
(gracias a la práctica que conseguí en la universidad) y se quedaron
sorprendidos («Oh, that was quick»,
me dijo el encargado).
Consejo: como nunca se sabe qué tipo de traducción os
puede caer, y teniendo en cuenta de que el género de los videojuegos incluye
todo tipo de temas, preparaos
traducciones no solo creativas (vamos, las típicas de los videojuegos:
«Pulsa X para saltar» o «Your base are belong to us»), sino también textos más técnicos (Léeme, EULA, informes de errores,
etc.).
3. Prueba de búsqueda
de bugs
Esta parte fue, sin
duda, la que más disfruté, ya que te permite hacerte una (pequeñísima) idea
de lo que el trabajo será (ya os contaré en otra entrada qué es exactamente
lo que un tester hace cada día). A mí
me tocó el juego Praetorians,
un juego que ya había visto y toqueteado un poquitín hacía muchos años (mi
cuñado era «superfans») pero que tampoco era una gran experta.
Me propusieron que mirase primero los
textos del menú y que, después, jugase un poquito y apuntase en un folio
(sí, sí, ¡escribiendo con un boli en un folio en blanco y todo! ¿A que mola?) todos los fallos que fuese encontrando.
Tenía una hora (¿o era media? Buff, siete años pesan). Por supuesto, me hinché
a apuntar faltas gramaticales y ortotipográficas. Afortunadamente, encontré un par de fallos de funcionalidad (algún
icono que no funcionaba o algún texto cortado y una de las instrucciones ya en
el juego que no furulaba muy bien), con lo cual, algo demostré que no era solo correctora sino que, además, también me fijaba
en otras cosas. Cuando ya me dieron el trabajo, aprendí que había algo que
a todos los entrevistados se les pasaba por alto y era la palabra Loading, que no estaba traducida. En
cuanto me lo dijeron, me obsesioné, y ahora es algo que siempre busco.
Consejo: ¡que no se os olvide aseguraros de que «Loading» aparece traducido
(«Cargando»)! Si de verdad queréis trabajar como testers (y como localizadores), prestad mucha atención a los videojuegos que jugáis; mirad qué
funciona y qué no, qué podría mejorar; fijaos en el texto, en su corrección
gramatical y ortotipográfica, en si se podría expresar mejor (Álvaro escribió
un par de entradas analizando uno de los videojuegos que jugó, así que os
aconsejo que le echéis un vistazo: aquí y aquí.).
Vuestra
capacidad de prestar atención y fijaros en los detalles será la herramienta
de trabajo más importante y valiosa. Sin ella, un tester es solo medio tester.
4. Entrevista
Esta parte es la que tienen en común todas las entrevistas de
trabajo. ¿Qué os voy a contar? Que me costó horrores entender a uno de los
entrevistadores porque no hacía ni cuatro meses que había aterrizado por estas
tierras perdidas por los mundos de la reina Elizabeth. Durante la entrevista, inspeccionaron mi currículo punto por punto.
Recordad que yo había acabado la carrera seis meses antes, y había cogido las
maletas y me había plantado en Londres sin trabajo, acogida solo durante una
semana por unos conocidos. La única experiencia laboral que tenía era como
camarera, como azafata de tierra y como promocionadora de Polaroid, así que me
tuvieron ahí justificándoles todo lo que había escrito.
Después, pasaron a las preguntas
sobre mí y sobre lo que sabía. No las recuerdo todas, pero sí que recuerdo
que me preguntaron que si conocía la consola Xbox (la entrevista fue a
principios de 2005). Mi cara debió ser un cuadro, puesto que me sonaba (había
visto anuncios en la tele y esas cosas, pero nunca había tenido ninguna en mis
manos), pero se me escapó un «I have heard of it, but I have never seen one»
(he oído hablar de ella pero nunca he visto una), así que ambos entrevistadores
se giraron hacia una televisión que allí había y me señalaron a una «caja de
plástico verde» y dijeron: «It’s that one» (es esa). Después de reírnos, les di
las gracias y les dije que sí, que la conocía, y volvimos a la entrevista. Otra
pregunta que me hicieron fue cuál era mi
videojuego favorito. Yo me había estudiado el sitio web de la empresa, y me
había alegrado al ver que esa empresa era la dueña de uno de mis juegos
preferidos, Tomb Raider, así que aproveché y les dije
que, sin duda, era una fan incondicional de Tomb
Raider, y que había jugado a los tres primeros (cosa que era verdad, pero
luego descubrí que lo de fan incondicional sería porque no había jugado a los
siguientes, que al parecer habían sido un truño). Parece que mi respuesta les
gustó, porque me pidieron detalles del juego, que tuve que recuperar de algún
lugar perdido por mi cerebelo. También me preguntaron por más juegos de la empresa, y les nombré unos cuantos que había
visto en el sitio web, y otros que conocía de oídas (como Hitman o Commandos).
Luego vino el turno de una pregunta que suelen hacer en muchas entrevistas y
que parece que fue la que hizo que se les encendiese la chispa del «She is
good».
La pregunta fue: «¿Dónde te ves
en cinco años?». «Buff, cinco años», pensé; vete tú a saber ande andaré dentro de cinco años. Mi
intención era volver a España después de uno o dos años (¡ja, ja, ja, ja!),
pero no podía decirles eso por si no me cogían, así que, ni corta ni perezosa,
miré a uno de ellos (el que me parecía que tenía un puesto más elevado) y le
solté: «I see myself in your job, I hope»
(me veo con tu trabajo, o eso espero). Nos reímos mientras le explicaba que, por supuesto, él también habría subido de nivel, que no es que le quite su trabajo, sino que yo llegaría a su nivel. Siete años más tarde, no estoy en su puesto, pero sí que he avanzado mucho. Una semana y pico después de
aquella anécdota, empezaba mi primer trabajo «como dios manda».
Otras preguntas fueron las típicas de «Puntos fuertes y puntos débiles» o
«Un momento en el que te encontraste con un problema gordo y cómo lo
arreglaste», «Cómo me resuelvo con el trabajo en equipo» o «qué puedo aportar a la empresa».
Consejos: como en cualquier
entrevista para cualquier puesto de trabajo, es muy importante que conozcáis la empresa para la que queréis trabajar,
además del puesto de trabajo. Ahora tenemos la suerte de que prácticamente todas las empresas tienen sitio web,
así que no hay excusa para no memorizársela y tener toda la información posible
para poder no solo contestar a las
preguntas, sino también para poder
impresionar con vuestros conocimientos sobre la empresa.
Lo más importante
para cualquier entrevista es ser uno mismo. Seguramente, los
que os hagan la entrevista han hecho muchísimas, han visto todo tipo de
personas y tendrán experiencia sabiendo quién miente y quién no. Por supuesto,
también hay gente experta en hacer entrevistas y que ni el más experto
entrevistador sabría si lo que dice es verdad o no, pero, al fin y al cabo, se coge antes a un mentiroso que a un cojo,
y si habéis mentido en vuestro currículo y en la entrevista, os pillarán cuando empecéis a trabajar.
Yo siempre hago las entrevistas como si
me fuese al bar a hablar con amigos, y me ha venido muy bien varias veces,
así que creo que es el mejor consejo que
os puedo dar.
Y aquí acabo, no sin antes pedir
a todos aquellos que hayan pasado por el mismo proceso para llegar a ser tester que nos cuenten su experiencia.
Como ya he dicho varias veces, cada
empresa es un mundo, y cada
trabajador es un mundo distinto intentando ser compatible con el primero.